Si eres un fumador y quieres dejar de serlo, pero estás harto de usar otros métodos sin éxito alguno, te invito a que te pongas cómodo, te relajes y no pierdas detalle de todo lo que te voy a contar ahora.
Hoy quiero explicar algunos sencillos pasos para dejar de fumar usando un vapeador, o cigarrillo electrónico, o eCigar…como lo queráis llamar, os lo dejo a vuestra elección.
Aclaremos algo primero. Seguro que habréis buscado la palabra “cigarrillo electrónico” en Internet, y en la búsqueda habréis dado con muchas páginas, incluso de diarios de cierto renombre, en el que nos advierten del peligro de utilizarlos. A ver, yo en varias páginas de mi blog ya lo he dicho y creo que está claro: en ninguno de los estudios realizados hasta la fecha, se ha demostrado que los cigarrillos electrónicos sean perjudiciales para la salud, a diferencia del tabaco tradicional, donde está más que comprobada su toxicidad y sus efectos nocivos, ya no sólo para el fumador, sino para los que le rodean.
Y aclarado esto volvamos a lo que estábamos. Podemos dividir la adicción al tabaco en dos partes:
- Adicción física: causada por la nicotina, y por todas las sustancias tóxicas que la industria tabacalera añade a los cigarros comunes de hoy día para aumentar la adicción. Según estudios, el síndrome de abstinencia, dura de dos o tres días a unas pocas semanas.
- Adicción psicológica: quizás, la más difícil de superar, ya que se suele asociar el tabaco a multitud de situaciones: celebraciones, salir de fiesta, cigarrito de después de… Conozco ex-fumadores, que hace más de 20 años que lo dejaron, y todavía sienten esa “necesidad” de tener algo en las manos y exhalar humo.
Y aquí es donde entramos en las ventajas del cigarrillo electrónico, por un lado, mediante el uso de líquidos con nicotina controlamos la adicción física, y por el otro, al tenerlo en las manos y poder exhalar vapor, paliamos gran parte de la adicción psicológica.
Si estás leyendo esta entrada es porque para ti se trata de un producto relativamente novedoso, o no sabes todavía de qué va. No te preocupes, voy a intentar darte una serie de consejos básicos para que consigas librarte del tabaco de una vez por todas.
- Lo más importante es que realmente tienes que querer dejar el tabaco. Obvio, ¿verdad? Pues no todo el mundo quiere realmente dejar de fumar. Yo no quería, me gustaba fumar. Dará igual qué método utilices: chicles, parches, hipnosis, acupuntura, cuentos chinos… si no lo deseas realmente, ninguno te funcionará. Busca una buena razón: tu salud, evitar malos olores en casa o en el coche, por tus hijos, por tu economía…
- Si eres fumador, aunque sea ocasionalmente, utiliza líquidos con nicotina. No te engañes a ti mismo diciendo que sólo fumas cuatro o cinco cigarrillos al día y que te será fácil dejarlo.
- Hay una dosis de nicotina para cada persona y para cada momento. Mi consejo, tal y como he dicho en varias ocasiones, es que alguien que fume 1 paquete más o menos, empiece con líquidos de 12mg/ml., y si es posible, alternando con otros de 6mg/ml. Lo más seguro es que en algunos momentos puntuales de estrés, nerviosismo (o alcohol), tu cuerpo te pida más. En esos casos vapea con líquidos de 18mg/ml. (las dosis son orientativas y dependen de cada persona.)
- Elige el modelo de vapeador que más se adecue a tus necesidades. Sobre todo en tu primera vez. De nada sirve que te gastes un dineral en un vapeador de diseño, si luego no funciona bien, es difícil de manejar o su batería dura poquísimo que tienes que estar contínuamente cargándolo, o si tiene muy poca capacidad que le tienes que estar echando líquido cada dos por tres.
- No te obsesiones con la dosis de nicotina. Al principio, utilízalo todo el tiempo que te lo pida el cuerpo y sobre todo, evita recurrir a los cigarrillos convencionales. Como cualquier otro método para dejar de fumar, los primeros días serán duros. Por mucho que tus necesidades de nicotina estén cubiertas, tenemos que acostumbrarnos a que cuando tengamos “mono”, cojamos elvapeador en vez del cigarrillo. Más adelante, serás capaz de vapear con menos nicotina e incluso, sin ella.
- Vapear es diferente a fumar, las caladas se dan más largas y más suaves. Es algo difícil de hacer para alguien que está acostumbrado a aspirar con fuerza con los cigarrillos, pero con suavidad se consigue mucho más vapor, mejor sabor y mayor sensación de saciedad.
- Procura tener repuestos de todo. Al comenzar a vapear no hace falta que nos compremos 2 o 3 baterías, tener 1 litro de líquido o un montón de resistencias para sustituir a las que estamos utilizando, pero sí será necesario cuando pase un mes más o menos, que será cuando veáis que lo estáis logrando. Será entonces el momento de pensar en comprar y tener al menos 2 baterías y repuestos para nuestras resistencias (atomizadores, cartomizadores,…), además de líquidos de diferentes concentraciones.
- No tengas miedo a probar nuevos sabores de líquidos o concentraciones. Te sorprendería la cantidad de fabricantes que hay en el mercado y la cantidad de sabores que tienen, frutales, mentolados, frutos secos, dulces, tabaquiles…
Suena bien, ¿a que sí? Pero todo no es de color de rosa. Piensa que tu cuerpo y organismo van a experimentar un cambio (a mejor), y seguramente notarás ciertas cosas que antes no te sucedían. Eso es porque estás eliminando toda la porquería que antes te introducías con el tabaco.
- Es posible que cuando empieces a vapear, notes la boca y la garganta algo secas. Es algo completamente normal y natural. La solución es tan simple como beber mucha agua o el líquido que prefieras para mantenerte bien hidratado.
- Granitos y cambios en la regulación intestinal. Cuando dejamos de fumar, mediante el método que sea, nuestro cuerpo se tiene que purificar y expulsar toxinas. El tabaco afecta tanto a la piel como al tránsito intestinal, pero pasadas un par de semanas todo volverá a la normalidad.
- Si eras fumador habitual tendrás algo de tos y mucosidad los primeros días. No te asustes, tu cuerpo está regenerando las mucosas y expulsando una gran cantidad de residuos que tras años de tabaco se han ido acumulando en tu cuerpo.
Ahora ya sí que no tienes excusa. ¡Puedes dejar de fumar! Has de planteártelo por tu propio bien, hazme caso, y ya si eso, me cuentas.