Yo creo que todos ya sabemos lo malo y perjudicial que es el tabaco, eso es incuestionable, incluso lo malo que es para los que están a nuestro alrededor “Fumadores pasivos” eso también es sabido ya por todos.
pero…
Qué es el humo de tercera mano y por qué es tan perjudicial para la salud
La combinación de la nicotina y otras partículas tóxicas del tabaco con elementos ambientales como el ozono o el ácido nitroso dan lugar a este contaminante invisible que se deposita en la superficie de los objetos. Puede inhalarse a través de las partículas de polvo en suspensión y los niños pequeños incluso ingerirlo tras gatear en el suelo y llevarse la mano a la boca después.
Los efectos del tabaquismo en la salud
Los efectos del tabaco en la salud no se desvanecen cuando el humo desaparece de un espacio cerrado en la que se ha fumado. Las partículas tóxicas del humo se depositan sobre los muebles, los sofás o las alfombras y, en combinación de otros elementos ambientales, dan lugar a un nuevo contaminante, el humo de tercera mano, que penetra en el cuerpo por distintas vías. Puede inhalarse cuando las partículas de polvo se desplazan por el ambiente y, como indica José Ignacio de Granda, neumólogo del Hospital 12 de Octubre de Madrid y experto en tabaquismo, “también entra en contacto con la piel e incluso puede ser ingerido, algo muy típico en los niños pequeños que están en el suelo y luego se llevan la mano a la boca”.
Al contrario de lo que ocurre con el que inhala el fumador, conocido como humo de primera mano, o el que sufren los fumadores pasivos (de segunda mano), esta nueva modalidad es invisible, pero las secuelas que tiene son tan concretas como las que ocasionan los otros dos: las más leves, problemas respiratorios; la más grave, el aumento de la probabilidad de sufrir cáncer. Muchos de los 4.500 contaminantes identificados en el humo del tabaco tienen relación con la enfermedad. La nicotina es uno de ellos. Granda explica cómo pasa a ser un arma letal en el organismo: “Reacciona con oxidantes del ambiente como el ozono o el ácido nitroso y se convierte en un producto con un potente efecto cancerígeno: las nitrosaminas derivadas de la nicotina.
Investigadores de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, en colaboración con la Universidad de York (Reino Unido), confirmaron por primera vez en 2014 la relación entre estar expuesto al humo de tercera mano y el riesgo potencial de desarrollar cáncer que tienen los no fumadores, particularmente los niños de hasta cinco años. Otros estudios en animales de experimentación confirman que, igual que ocurre con los otros tipos de humo, el daño que ocasiona el de tercera mano no tiene un órgano diana sino que afecta a todo el organismo. José Ignacio Granda confirma que “se han comprobado, entre otros, daños pulmonares y renales, alteraciones en la estructura del ADN, así como un efecto metabólico, que se relaciona con el desarrollo de problemas como la diabetes”.
“Se han comprobado, entre otros, daños pulmonares y renales, alteraciones en la estructura del ADN, así como un efecto metabólico“
JOSÉ IGNACIO DE GRANDA, NEUMÓLOGO DEL HOSPITAL 12 DE OCTUBRE DE MADRID Y EXPERTO EN TABAQUISMO
Los especialistas consideran que la evidencia científica disponible ya tiene solidez como para que sea tenida en cuenta en la regulación del consumo de tabaco en taxis, vehículos privados, hoteles y otros espacios que usan fumadores y no fumadores alternativamente. Sostienen que el objetivo debe ser salvaguardar la salud, sobre todo, de las personas que no consumen tabaco y de las más vulnerables, como los niños o las embarazadas, dado que el humo de tercera mano permanece en el espacio donde se ha fumado durante mucho tiempo. “Según la OMS, para que desaparezca deben transcurrir meses, en otros estudios se habla de al menos tres semanas”, apunta Granda.
Si una persona llega, por ejemplo, a una vivienda de alquiler que ha ocupado antes un fumador o adquiere su vehículo, lo único que puede hacer para eliminar cuanto antes el humo de tercera mano es limpiar, y hacerlo en profundidad. En el polvo de los muebles o entre las fibras de las tapicerías, los muebles o las cortinas se esconden tóxicos que ponen en juego la salud y lo hacen sigilosamente porque, al contrario de lo que ocurre con el humo ambiental, el de tercera mano es invisible: está y actúa pero no se ve.